Hasta ahora la publicidad que encontrabamos en la web se estructuraba en base a los contenidos, es decir, en una página de contratación de viajes había publicidad de agencias de viajes. Con este sistema se supone que un usuario que está navegando en un momento concreto por un contexto está interesado en los contenidos relacionados con el mismo contexto.
Con el behavioural targeting, en cambio, la publicidad en la web se estructura en función de los intereses del usuario. En otras palabras, la publicidad que encontremos en un página variará en función de quién la esté visitando.
Y ¿como saben cuáles son los intereses de los usuarios? Analizando su navegación por la web: las páginas que visitan, las búsquedas que realizan, los banners que pinchan, el tiempo que permanecen en cada página,...
Este nuevo sistema parece ser una buena opción para hacer más efectiva la publicidad y para que los usuarios reciban ofertas que puedan interesarles. Aun así, nadie nos ha preguntado si queremos que investiguen nuestra navegación creando un perfil sobre nosotros. Me pregunto hasta qué punto esto respeta la intimidad de las personas.
Así pues, si yo husmeo en el ordenador de un amigo y, al navegar por internet, me saltan continuamente banners con publicidad de contenido erótico... ¡será que es asiduo a páginas porno!
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